Desde febrero apenas tengo tiempo para encargarme del blog. Aunque mantengo las intenciones que me movieron a crearlo, me he visto obligado a retrasarlas unos meses. Pero con tiempo o sin él, hoy era obligatorio escribir unas líneas, en vista de la noticia del día.
Mas o menos a las cuatro de la tarde me enteraba de la puesta a disposición judicial de algunos dirigentes de
SGAE por posibles delitos societarios y de
apropiación indebida. Entre los detenidos se encuentra, al parecer,
Teddy Bautista. Quien mas, quien menos, ha hecho una coña que otra, cuando no lo ha festejado por todo lo alto. Basta con que le eches un vistazo a alguno de los
hashtags del día en Twitter:
#sgae,
#cancionesteddy o
#teddybautista, entre otros.
Me permito unas reflexiones.
En primer lugar, hay una impresión que no me puedo quitar de encima. La de que a estos señores no va a pasarles nada en absoluto. Veo a todo el mundo celebrando la entrada en la cárcel de la cúpula SGAE, pero no tengo claro que sea esto lo sucedido. Al fín y al cabo sus amigos son peces gordos.
¿Saldrán bajo fianza en dos días?
Y a rebufo de sus importantes amigos... ¿qué van a contarnos ahora? La sintonía entre Ministerio de Cultura y SGAE está fuera de toda duda. La calle ha estado llamando a SGAE de todo menos bonitos. Hasta los jueces los han puesto en entedicho. Y las autoridades no se han bajado de la burra. Ahora resulta que los que nos hemos quejado teníamos razón.
¿No es hora de que la ministra salga a decir algo?
Ya que nos metemos en leyes, hay algo que me molesta mucho. Cuando los ciudadanos de a pie opinamos sobre todos esos señores, tenemos que andar con pies de plomo: que si posible delito, que si presuntos tal o cual... ¿Que se quedan con veinte milloncejos de euros? No es que estén robando, hombre. Es una apropiación indebida. Pero eso sí, cuando ellos hablan pueden decir lo que quieran. Si te descargas un disco te pueden llamar pirata, ladrón, e incluso ¡terrorista! ¡Y no pasa nada!
¿Seguro que todos somos iguales ante la ley?
Hay una cosa que tengo clara. Los líderes políticos y financieros de nuestra sociedad -a todos los niveles- son culpables de muchos delitos. Robar dinero es uno de ellos, pero no el mas grave. El peor de sus delitos es
robarnos la esperanza y las oportunidades. Para perpetuar su estatus de privilegio, crean entramados inaccesibles, nos bloquean en favor de los de su casta, y tratan por todos los medios de que agachemos la cabeza. Las reglas del juego que se han inventado son una trampa. Nos desprecian. Nos toman por tontos. Por eso celebro este día.
¿Y tú, cómo crees que acabará todo esto?
